lunes, 6 de agosto de 2012

El robot Curiosity arribó a Marte


El robot Curiosity arribó a Marte

El explorador Curiosity culminó con éxito su aterrizaje sobre la superficie de Marte, a donde ha llegado un poco más tarde de lo previsto (las 05.31 GMT), y tras superar con éxito los llamados 'siete minutos de terror'. De esta manera, el vehículo explorador culminó un viaje de 567 millones de kilómetros y da comienzo a una misión de dos años en busca de pruebas de vida en el planeta rojo.
Después de ser lanzado el 26 de noviembre de 2011 desde Cabo Cañaveral, Florida y viajar por el espacio durante 245 días (poco más de ocho meses) a una velocidad de 12.000 kilómetros por hora y cubrir una distancia de casi 570 millones de kilómetros, el rover descenderá primero con el paracaídas más grande jamás construido, y luego mediante un mecanismo de propulsión y un sistema de cables similar a las grúas aéreas que utilizan los helicópteros para colocar equipo pesado en lugares inaccesibles en la Tierra.
Esa arriesgada maniobra del vehículo (con 3,05 metros de largo, 2,74 metros de ancho y 2,10 de altura hasta su mástil) y un peso de casi una tonelada supone detener su caída de casi 20.000 kilómetros por hora a 0 en sólo siete minutos, lo cual requiere que pase por una "metamorfosis en la que cambia su configuración más de siete veces", en lo que reviste para los científicos de la NASA la misión robótica más complicada de la historia.
Los anteriores vehículos enviados a Marte de menor masa, como el Spirit y el Opportunity, descendieron allí protegidos por globos gigantes que amortiguaron el impacto, pero el Curiosity requirió que se diseñara el sistema de paracaídas y grúa con retrocohetes para amartizar.
A la hora 05:32 GMT la NASA confirmó que el artefacto de una tonelada se posó en el cráter Gale. "Estoy entero y a salvo en la superficie de Marte", que dio lugar a una celebración con aplausos y abrazos entre el personal de sala de control del Laboratorio de Propulsión en Pasadena, California.
El observador Odyssey, que orbita Marte desde 2001, sufrió un fallo hace pocas semanas, y debió ser corregido mediante una maniobra de reposicionamiento de último momento, para permitir que la sonda pueda certificar la llegada de Curiosity al suelo marciano.

Primeras fotos de Curiosity en Marte
 "Cráter Gale, aquí estoy", añadió el mensaje enviado desde 248 millones de kilómetros, en esta exitosa fase de una misión con un presupuesto de 2.500 millones de dólares.
Tal como se había planificado, la cápsula desplegó un gigantesco paracaídas cuando estaba a unos 11.000 metros de altura para frenar el descenso. A unos 20 metros del suelo, una grúa bajó el 'Curiosity', que desplegó sus seis patas de ruedas e inició su aventura en Marte.
Durante los próximos dos años, la nueva misión de la NASA consistirá en una expedición geológica hacia ese enigmático cráter, situado justo al sur del ecuador marciano, en el Monte de Sharp. Los científicos creen que el cráter se formó hace alrededor de entre 3.500 y 3.800 millones de años cuando Marte, la Tierra y el resto de los planetas del sistema solar fueron bombardeados de manera frecuente por meteoritos.

Zona de amartizaje

Curiosity amartizó en un enigmático cráter. Está cerca del ecuador marciano y tiene una característica extraña: una montaña de 5 kilómetros que se eleva desde el suelo.
Unos 3 mil millones de años después de que un meteorito impactara en suelo marciano formando el impresionante cráter Gale, ese pequeño, casi insignificante, punto del Universo, pasó a ser uno de los lugares más importantes a los que el hombre ha llegado en toda su historia. Cuando el reloj marcó las 05:31 GMT, Curiosity, el robot más sofisticado de la NASA, tocó el suelo del planeta rojo para una misión de dos años.
El cráter Galle tiene sus misterios. Los científicos creen que con el paso del tiempo, los sedimentos llenaron el gigantesco hoyo de más de 150 kilómetros de ancho y los vientos esculpieron la montaña de casi 5 kilómetros de altura en su interior, llamado el Monte Sharp.
Las pilas de capas de roca del Monte Sharp se pueden leer como las páginas de un libro. Los depósitos más antiguos se encuentran en la base, y a medida que se avanza hacia la cima, está el material más reciente, lo que ofrece un registro de la historia de Marte a través del tiempo.
Imágenes desde el espacio revelan señales de agua en las capas inferiores de la montaña, como pliegos minerales de arcilla y sales de sulfato, que se forman en presencia de agua. Pero la vida como la conocemos necesita algo más que agua: también necesita nutrientes y energía.
Justamente, durante su misión de dos años, el Curiosity de la NASA explorará la falda de la montaña en busca de los fundamentos de la vida basados en el carbono.


El rasgo más asombroso de Gale no es su fosa que mide 154 kilómetros de ancho en el suelo, sino las más de 5 kilómetros de escombros acumulados en el piso del cráter, que van en aumento. Los científicos creen que la montaña, situada en el centro de la cuenca, está formada por restos de capas de sedimentos que alguna vez llenaron el cráter.
Con el tiempo, los sedimentos fueron arrastrados, dejando lo que hoy se conoce como Monte Sharp, que los científicos esperan revele la historia geológica de Marte. Además de los datos recopilados, la misión recogerá datos que ayudarán a preparar una futura misión tripulada al planeta rojo.

Objetivos de la misión

Esta gesta de carácter legendario tiene 4 objetivos primordiales: determinar si el planeta albergó vida en algún momento, realizar mediciones climatológicas continuas y estudios geológicos de la superficie y, lo más trascendente: precisar las condiciones de habitabilidad del planeta para fundar los pilares de una civilización humana.
Para profundizar en estos conceptos, el astrofísico Pablo Mauas, del Instituto de Astronomía y Física del Espacio (Conicet/UBA) explica que “a diferencia de las misiones anteriores, Curiosity no va a detectar si hay vida actual, ya que técnicamente no tiene los instrumentos para obtener registros fósiles o metabolismos. Su designio es mucho más ambicioso: pretende demostrar si el planeta es habitable o lo fue en algún momento. Para lograrlo, deberá escrutar su geología utilizando un laboratorio rodante capaz de realizar análisis químicos. También estudiará la atmósfera para tratar de caracterizar su evolución en la escala geológica, la radiación que recibe y la meteorología marciana”.

La idea es que, a futuro, se pueda enviar una expedición tripulada, que regrese a la Tierra con muestras de roca. Ya que no es lo mismo analizarlas en el espacio y despachar un reporte, que poder descomponerlas en un laboratorio terrestre. La intención es que la sonda esté al menos un año de Marte (687 días de la Tierra), que es el tiempo que tarda en dar una vuelta al Sol. “Está calculado que dure un año para poder estudiar los cambios climáticos de acuerdo con las variaciones del Sol”.

Indicios de vida

El Laboratorio Científico de Marte (MSL, por sus siglas en inglés), dentro de Curiosity, que buscará las posibles evidencias de un entorno favorable microbiano, incluidos los ingredientes químicos de la vida, fue descripto como la nueva "máquina de ensueño" por los científicos de la NASA, que vienen trabajando en este proyecto desde 2003 con una inversión de 2500 millones de dólares.
Para ello, los científicos dispusieron que descienda en el cráter Gale, que surgió por el impacto de un meteorito hace más de 3000 millones de años, ya que creen que con el paso del tiempo, los sedimentos llenaron el cráter de más de 150 kilómetros de ancho y los vientos esculpieron la montaña de casi 5 kilómetros de altura, llamado el Monte Sharp.
Así, las pilas de capas de roca del Monte Sharp se pueden leer como las páginas de un libro: los depósitos más antiguos se encuentran en la base y a medida que se avanza hacia la cima está el material más reciente, lo que ofrece un registro de la historia de Marte a través del tiempo.
Imágenes desde el espacio revelan señales de agua en las capas inferiores de la montaña, como pliegos minerales de arcillas y sales de sulfato, que se forman en presencia de agua. Pero la vida como la conocemos necesita algo más que agua: también necesita nutrientes y energía.
Por eso, el vehículo, que puede recorrer unos 20 kilómetros por día, dispone de un brazo mecánico de 2,10 metros, dotado de un martillo y un cañón láser capaz de romper y vaporizar las rocas. El brazo podrá tomar el polvo obtenido e introducirlo en conductos para el análisis químico y biológico, mientras un espectrómetro analizán los gases liberados.
Los científicos dudan de que en ese lugar haya estructuras complejas de carbono, propias de la materia viva, porque recibe abundante radiación cósmica, pero bien podría hallarse algún rastro penetrando hasta los cinco centímetros bajo la superficie, que puede hacer Curiosity.
La misión, que durará un año marciano, es decir dos terrestres, buscará determinar si el ambiente marciano tiene o tuvo condiciones para albergar vida, ya fuera que ésta se gestara en el propio planeta o llegara en meteoritos.

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